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La rutina de 3 pasos para disminuir tu dolor de espalda baja

La rutina de 3 pasos para disminuir tu dolor de espalda baja

 

No es normal que tengas que levantarte de la silla en cámara lenta.

Tampoco lo es que sientas dolor a los pocos minutos de haberte sentado.

Mucho menos que tengas miedo de realizar alguna actividad física por los efectos de ese dolor de espalda baja.

No es normal, pero es más común de lo que puedes creer.

Dicen los especialistas que el 80% de las personas experimentan dolor de espalda en algún momento de su vida.

Y estas cifras se incrementan cada día como consecuencia de nuestro estilo de vida moderno.

No es por la edad.

Bueno, es verdad que con la edad tus articulaciones pueden sufrir un desgaste natural, pero también es cierto que puedes retrasar ese desgaste y mejorar sustancialmente tu calidad de vida con la rutina de 3 pasos que te compartiré en este artículo.

Eso sí: te advierto que sólo leerla no te brindará los beneficios.

Es necesario que te comprometas a seguir cada uno de los pasos con disciplina y constancia.

Verás que es más sencillo de lo que te imaginas. Y los resultados no se harán esperar.

Imagina poder volverte a mover con soltura y seguridad. 

Trabajar con gusto sin tener que lidiar con esa distracción constante de tu dolor de espalda.

Disfrutar del ejercicio y las actividades familiares.

Sentirte joven y con energía, con ánimos renovados. Como un auto recién afinado.

Bien, ¡es momento de poner manos a la obra!

La principal causa del dolor de espalda

Tu cuerpo es una máquina increíble.

Es la fuente de inspiración de los más avanzados desarrollos tecnológicos, aunque ninguno lo ha podido ni siquiera igualar.

Todo en tu cuerpo funciona como una orquesta: cada parte contribuye con una función específica para crear en conjunto una armonía perfecta.

Pero en ocasiones algo provoca que se rompa esa armonía. Introduces una nota discordante y se altera el funcionamiento de tu cuerpo.

Tu espalda no es una tabla de madera a la que se unen tus extremidades.

Es un complejo mecanismo con un diseño perfecto.

El mejor ejemplo de ello es tu columna vertebral.

Tu columna vertebral, también conocida como espina dorsal (o espinazo, como le decía mi abuela) es una articulación que está formada por 33 vértebras. La mayor parte de ellas, están separadas por unas bolsitas llamadas discos, que tienen la función de amortiguar los impactos e impedir que las vértebras rocen unas con otras.

Para que estos discos funcionen correctamente tienen que estar bien hidratados, de lo contrario, se adelgazan y corren el riesgo de moverse de su posición y no cumplir correctamente su función.

Cuando los discos están deshidratados o lesionados, las vértebras pueden comenzar a rozar entre sí, produciendo dolor y lastimando alguno de los nervios que pasan por su interior.

De ahí la importancia de una correcta hidratación.

En repetidas ocasiones te he mencionado la importancia de hidratarse adecuadamente, pero es alto tan fundamental para una buena salud que volveré a repetírtelo.

No sólo se trata de que no te dé sed. Cada célula de tu cuerpo necesita hidratarse, y no puedes esperar que tu cuerpo funcione de manera óptima si no le proporcionas aquello que necesita.

Imagina que los discos de tu columna son como esponjas. Si tu dejas que una esponja se seque, va a perder su elasticidad y su capacidad de amortiguación. Va a perder resistencia y será más fácil que se rompa.

Esta es una de las causas más comunes del dolor de espalda: una deficiente hidratación.

Pero eso no es todo…

Para que los discos de tu columna puedan absorber el agua disponible, necesitan el movimiento.

Con el movimiento, el peso de la columna pasa constantemente de un lado a otro y los discos siguen este ritmo, abriéndose y cerrándose. Cada que esta “esponja” se abre, absorbe agua y cada que se cierra o se presiona expulsa agua. 

Si no hay movimiento, no hay forma de que tus discos se hidraten, aunque tomes suficiente agua.

Así que hemos dado con dos claves para la buena salud de tu espalda: la hidratación y el movimiento.

Ya que sabes esto, pasemos a la rutina de 3 pasos para que comiences a enderezar el rumbo y vuelvas a sentir esa armonía producida por una espalda saludable.

Primer paso: Hidratación y actividad.

Ya descubrimos por qué es importante que te hidrates y te mantengas en movimiento. 

Pero seguramente te estás preguntando: ¿cómo lo hago?

Pues bien, te recomiendo que sigas las indicaciones de un viejo conocido: el método 20-20-20, que consiste en lo siguiente:

  • Cada 20 minutos
  • Bebe 20 mililitros de agua (un trago)
  • Y da 20 pasos

 

Así de sencillo.

Como ves, no es necesario que te conectes al garrafón de agua ni que corras un maratón diario.

Basta con que sigas estos sencillos pasos. De esta manera mantendrás tus discos bien hidratados y en constante movimiento.

Esta será la base para la renovación de tu espalda.

Segundo paso: Usa una faja lumbar

El siguiente paso consiste en utilizar una faja lumbar.

El propósito de una faja es brindarle soporte a tu espalda y corregir tu postura, pero cuando hablamos de las fajas Phiten no es sólo eso.

Las fajas Phiten están impregnadas con dos tecnologías que emplean metales a nivel nano partícula: AQUA TITAN y AQUA PALLADIUM.

Estos metales (titanio y paladio) pueden ayudar a disminuir el dolor, relajar tus músculos y mejorar la circulación sanguínea.

Además, están especialmente diseñadas para el uso diario. 

Por supuesto, el hecho de que sean tan cómodas no quiere decir que las debas usar las 24 horas del día.

Mi recomendación es que utilices la faja en momentos específicos de tu día, por ejemplo, cuando te dispones a trabajar y vas a sentarte por un buen rato, cuando vas a estar de pie por mucho tiempo o si vas a realizar actividades que impliquen mucho esfuerzo o algún riesgo para tu espalda.

Si usas la faja todo el día sin interrupciones puedes correr el riesgo de que tus músculos se vuelvan perezosos y se atrofien.

En resumen, una faja Phiten como la Faja Lumbar para Lesión o la Faja Lumbar para Recuperación será uno de tus principales aliados en la recuperación de tu espalda.

La diferencia entre estas dos fajas es que la de Lesión es un poco más gruesa y está pensada para cuando tienes alguna lesión o algún dolor agudo en la espalda. Por otro lado, la faja de recuperación es más ligera y sus materiales son altamente transpirables, por lo que es ideal para prevenir lesiones o tratar dolores leves.

Tercer paso: Aplica cinta y loción en tu espalda 

El último paso de esta rutina consiste en utilizar la cinta kinesiológica Phiten en combinación con la loción corporal Metax.

Quizá te preguntes: ¿por qué debo usar estos productos si ya tengo la faja lumbar?

Bien, no es obligación que uses la cinta y la loción, pero yo te lo recomiendo ampliamente si quieres obtener resultados rápidos y duraderos.

Como te recomendaba en el punto anterior, la faja no debes usarla las 24 horas. 

Por lo tanto, hay momentos durante el día en los que tu espalda queda desprotegida. Por ello, es necesario que utilices la cinta, que permanecerá pegada a tu piel las 24 horas del día durante un máximo de 5 días y la loción, que deberás aplicar dos veces al día, preferentemente en la mañana y en la noche.

De esta manera, tu espalda siempre estará protegida.

Otra razón por la que recomiendo utilizar estos productos es que ayudarán a desinflamar tus músculos y nervios de una manera más efectiva, gracias a que la loción penetra a través de tus poros y trabaja desde la capa más profunda de tu piel.

Entonces, primero coloca la cinta y después aplica la loción en toda la zona de dolor.

Puedes colocar la cinta de la siguiente manera:

La loción Metax utiliza una sofisticada tecnología que combina distintos metales y minerales como el oro, el paladio, el magnesio y el silicio. 

Y lo mejor de todo es que puedes beneficiarte de esta tecnología con sólo aplicar la loción sobre la zona de dolor o tensión.

Como ves, cuidar tu espalda con la ayuda de Phiten es muy sencillo. 

Pero, no me creas nada. Sigue estos sencillos pasos y comprueba sus beneficios.

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